Contaminación física
en la producción de alimentos y cómo prevenirla
¿Qué se considera un contaminante físico en la producción de alimentos?
Los productores de alimentos necesitan inspeccionar y controlar su producción de tres tipos de contaminantes: químicos, biológicos y físicos. Estos deben tenerse en cuenta a la hora de crear el sistema HACCP u otros planes de seguridad alimentaria. Las cuestiones que se plantean a la hora de crear el plan giran en torno a qué tipos de amenazas existen en la producción de alimentos y qué tipo de riesgos hay para los consumidores, teniendo en cuenta los tres tipos de contaminación diferentes.
La contaminación física de los alimentos es algo tangible que no está previsto que forme parte del producto alimenticio. Este tipo de riesgo de contaminación incluye las posibilidades de que diferentes objetos extraños entren en el producto alimenticio final durante el proceso de producción (fuentes externas) o los que ya existen en la materia prima (fuentes internas) que se utiliza para crear el producto final. Esta contaminación puede ser por vidrio, madera, hueso, piedra o incluso pelo, y puede introducirse en el producto alimenticio por accidente durante la recolección de la materia prima o en cualquier momento del proceso de producción de alimentos y su distribución a los consumidores.
Estas fuentes de contaminación de alimentos son peligros y deben ser identificados, controlados y detectados a un cierto nivel para proporcionar seguridad, higiene y calidad alimentaria constante a los consumidores. Siempre es importante comprender cuáles son las contaminaciones físicas que podrían causar un daño grave al consumidor y tomar medidas proactivas para controlar y prevenir dichos peligros.
¿Cómo prevenir y controlar los contaminantes físicos en la producción de alimentos?
El primer paso para controlar y prevenir la contaminación física de los alimentos, es crear una cultura de seguridad en toda la cadena de procesamiento de alimentos. Los productores de alimentos deben realizar los cambios y las acciones necesarias para garantizar un entorno de producción en el que se mitiguen las posibles fuentes de contaminación de alimentos. Estas acciones proactivas previenen los riesgos de contaminación y limitan el número de casos de contaminación a una fracción, en comparación con la completa negligencia de la cultura de seguridad y las acciones preventivas.
Para hacer esto correctamente, los productores de alimentos necesitan apuntar a las fuentes sospechosas de contaminantes físicos e identificar las contaminaciones que poseen un verdadero riesgo. Una vez hecho esto, es importante evaluar la causa raíz, eliminar los factores que contribuyen y aplicar un sistema de inspección para verificar y controlar que estas acciones han tenido éxito.
Hay varias tecnologías disponibles para controlar la contaminación física de los alimentos en las diferentes etapas de la producción y distribución de alimentos, por ejemplo, la inspección a granel es a veces necesaria para controlar la calidad de la materia prima antes de que se convierta en productos finales.
Se recomienda que la inspección de seguridad tenga lugar en la fase de empaquetado primario, cuando el producto se empaca y se sella. Esto permite las mejores tasas de detección posibles para todos los tipos de contaminación en los alimentos y permite una verdadera trazabilidad que es necesaria especialmente cuando el proceso desde la granja hasta la mesa lleva mucho tiempo e incluye múltiples riesgos de que las contaminaciones entren en el producto alimentario.
Lea más sobre la inspección de empacado primario¿Por qué elegir los rayos X para controlar la contaminación física de los alimentos?
La tecnología de rayos X se utiliza cada vez más para controlar la seguridad y la calidad de los productos empaquetados individualmente en las líneas de empaque primario, ya que puede aportar un valor adicional a los productores de alimentos al detectar algo más que contaminantes físicos metálicos, sino también al detectar posibles defectos de calidad que podrían causar más quejas de los consumidores si no se tienen en cuenta.
Y cuando los equipos de rayos X se colocan al final de cada línea de empacado individual, los productores de alimentos pueden maximizar los beneficios de los sistemas de inspección por rayos X protegiendo su imagen de marca, creando fiabilidad y confianza en el consumidor y, por último, pero no por ello menos importante, haciendo funcionar las líneas de producción a la máxima capacidad produciendo los productos alimenticios más seguros.
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